Ésta es la historia de un muchacho que no sabía controlar sus emociones... creyó haber aprendido a hacerlo, pero tiempo después... se dio con la ingrata sorpresa que no era así. Sus emociones aún lo dominaban... él quería dominarlas a ellas... pero ellas eran tan viles, tan crueles... que al momento se lo bajaban. Con la guardia baja y quizás quebrada... venía otra persona y, de él, se aprovechaba.
Está bien, quizás nadie se aprovechaba de él... salvo su mente... su mente tan analítica y muchas veces tan pendenciera... que siempre le jugaba malas pasadas. Lo ponía como el centro del universo... que todo giraba a su alrededor... para después traerlo abajo, cayendo en un suelo donde no había colchón. Su mente era su peor enemiga, pero también, su mejor aliada. Su mente era un mar de contradicciones... que quería para él lo mejor... aunque lo hacía caminar, primero, por lo peor.
Ésta la historia de un muchacho que no sabia cómo iniciar una conversación. Él era tan timido que siempre se ponia nervioso ante cualquier situación. No quería ser así... y por ello trataba y trataba de cambiar esto... pero muchas veces las cosas no salian como esperaba... y ante esto, él, se bajoneaba. La verdad es que se deslumbraba muy rápido... caía rendido ante un gesto, una mirada, una sonrisa, una caricia... se deslumbraba sin parar... y por ello, sufría al final.
Éste es un muchacho al cual yo aprecio mucho... le tengo tanto cariño que por eso lo quiero ayudar... aunque es bien soberbio y no le gusta que nadie lo haga. Siempre lucho por que se dé cuenta de sus virtudes más que por sus defectos... que trate ver el vaso siempre medio-lleno y no medio-vacio. Es tanto el aprecio que le tengo que la gente piensa que estoy loco por ello... es que ellos no ven lo bueno que hay en él... no ven lo dulce y gentil que él puede, a veces, ser.
Él no esta solo en esto... cuenta conmigo y con muchas personas que lo aprecian tanto como yo... pero él, eso no lo ve. Es que vive esperando el aprecio de otras personas en vez de apreciar lo que tiene ahora. Es que él es tan sensible, tan tierno, tan cándido, tan ingenuo y tan tarado, como me gusta decirle. Es soñador y fantaseoso... y esto es bueno en cierto modo. El problema es que no hace mucho para que se vuelvan realidad... y por ello, vive quejándose sin parar.
¿Quién te entenderá bello poetista?
¿Quién te deslumbrará otra vez con una sonrisa?
¿Quién podrá comprender tus emociones a más no poder?
¿Quién te enrumbará por el camino que haz de recorrer?
Sólo yo, recuérdalo bello poetista!
muy bonito escrito, bello el gesto tuyo.
ResponderEliminarsaludos
Me gustó mucho y bueno me proyecté en varias partes.
ResponderEliminarAunque últimamente mi mente ya no ha jugado conmigo :)
¡Excelente entrada Erick! en algunas partes sentí como si me describieran.
ResponderEliminarPara mi gusto una de las mejores entradas en tu blog.
¡Saludos!
Erik!! Vyaa, pue ssí que es una pena lo del chico este que dices... pero siempre está muy bien tene ra alguien a tu lado que esté dispuesto a ayudar, como tú, que se ve que lo aprecias:)
ResponderEliminarUn beso enorme, erik!!:)
Que bien que hayas escrito! Tenía ganas de ver algo tuyo.
ResponderEliminarMe gusta mucho el texto, parece que me estás describiendo en algunos aspectos ..
Un beso, sigue asi!
Siempre hay una sonrisa detrás de la frialdad de alguien que no sabe expresar sus emociones. Está muy bueno que quieras ayudarlo a romper el cascarón.
ResponderEliminarAmor del bueno :]
ResponderEliminarPaz, Amor y Alma