Si me hubiesen preguntado cómo pensé que acabaría el 2015, sin duda, jamás hubiera imaginado que acabaría de la forma que acabó: en una depresión que me llevó a migrar (por un tiempo) a tierras extranjeras. Fue bonito pasar año nuevo en Rio de Janeiro... una experiencia que pocos tienen (o al menos de los que yo conozco). También, fue una suerte haber encontrado gente con quien pasar... la verdad, pensé que la pasaría solo. Pero no todo fue emoción en Rio... hubo momentos de soledad, de reflexión, de depresión... depresión por recordar los acontencimientos pasados... por los hechos que me hicieron ir allí.
Fue una noche que me encontraba por la avenida de las Américas en Copacabana... estaba solo, con la sonrisa invertida, caminando por aquel lugar. La gente pasaba... muchos de ellos acompañados por familiares o amigos... otros haciendo ejercicios... y yo lamentándome como de costumbre. El rechazo de Kevin, la familia, los estudios, la profesión y el trabajo... todo, todo se me juntó. En fin, fue solo un momento... eso no evitó que conociera lo que fui a conocer: El Cristo Redentro, sólo para dar un ejemplo.
Luego fui a São Paulo a casa de una tía. Pero las cosas no fueron del todo bien. No es que tuviera problemas con ella sino por otras razones que no quiero ahora comentar. Después de ello, me fui a Curitiba (otra ciudad al sur de São Paulo), el señor que conocí en Rio me convidó y ahí... pues ahí practiqué lo que fui a practicar: el portugués. Hubo momentos depresivos también... pero también momentos bonitos. Curitiba tiene chicos muy simpáticos... aunque ello no hizo que olvidase (del todo) a aquel muchacho.
En fin, hoy, leyendo antiguos posts recuerdo con nostalgia el pasado... me pregunto qué hubiera pasado si las cosas hubiesen sido diferentes. Qué hubiese pasado si hubiese hecho ciertas cosas o si otras hubiesen salido como yo queria que salieran. No hablo por el año pasado sino por años anteriores. Como con L... por qué caí en esa depresión... o con Daniel, porque me encapriché tanto por él que no vi a otros a mi alrededor. Mas luego pienso, qué tontería añorar algo que no ocurrió.
Mis amigos... mis mejores amigos... a veces siento que no me entienden. Creo que porque me hago el duro se olvidan que tengo sentimientos. Que si me golpean, siento dolor... que si me cortan, sangro... que si me hieren, lloro. No sé por qué somos amigos. Pero a la par, ese par me hace sentir especial... y soy feliz los momentos que podemos estar los 3 reunidos. También están mis amigas... no es que no me sienta bien al lado de ellas, al contrario, me siento de puta madre; pero es sólo que entre chicos uno se siente mejor porque puede ser quien es. En fin, tengo saudades de ellos... pero más de perras (mascotas).
Mi viaje ya va a terminar... debo volver a mi realidad. ¿Tengo miedo? No sé... ¿Me he relajado en este viaje? Pues sí, no me puedo quejar... pero es porque no me he enamorado. Cuando me enamoro estoy perdido, pues mi deseo se desborda en límites que no puedo controlar. ¿Me enamoraré cuando vuelva a Lima? Espero que no... ¿o sí? En fin, allá se sabrá!
Qué tontería...
¿cómo se puede echar de menos algo que no ha ocurrido?
Hola Erik! No te tenía en este blog! Es nuevo y no diste publicidad de él? Te encontré de casualidad buscando el blog de un chico. Cómo te va? Qué es de tu vida' Por qué no actualizaste este blog? Tengo una alta estima por vos. No me dejés sin tus noticias. Nos estamos leyendo!
ResponderEliminarBesos!
Jajaja! Me siento identificado en lo de que enamorarte jode, y sí. Creo somos muy similares. Con lo que contaste, puedo entenderte. Aunque ahora siento que he mejorado, hay muchas cosas me falta por cambiar.
ResponderEliminarUn saludo!