jueves, 3 de marzo de 2016

Curitiba, la capital del estado de Paraná!






El señor que conocí en Rio (Henrique) me había convidado a que lo visité en la ciudad que él vivía, Curitiba (una ciudad que se encuentra en la región sur de Brasil). Luego de Rio, había ido a São Paulo a la casa de una tía... ahí, estaba ella con mi abuela (de parte materna), su hijo (o sea primo) y la pareja de ésta. Pero tuve un problema al llegar ahí... no hablaban portugués. Yo había venido a Brasil a practicar el portugués que había aprendido en clases... así mismo, saber el portugués real... el informal, aquel que se habla en las calles... y pues, estar en una casa donde sólo se habla español, pues no. 

Ante esto, le comentó a Henrique y él me dijo que venga para Curitiba, pues él vive en una pensão (que diferenciándolo con el español, es una casa donde se alquila cuartos) y podía hablar con la dueña para alquilarme un cuarto. Esto era bueno ya que de ese modo practicaría portugués, pero a la par, dudaba mucho... no tanto por el hecho de que no conocía muy bien al señor éste, sino porque el modo de hablar de  la región sur de Brasil es diferente al que se escucha en las canciones o se ve en la televisión... pero era eso o quedarme frustrado en São Paulo por no poder practicar mucho portugués. Así que, ni soso ni perezoso, hice mis maletas y me fui para allá.

Curitiba ess una ciudad pequeña (en comparación de São Paulo o Rio de Janeiro), pero muy bonita y muy limpia (otra vez, en comparación de São Paulo o Rio). El medio de transporte es organizado... o al menos esa fue la impresión que me dio. El clima no es tan caliente como en São Paulo o Rio. Es verde... tiene parques, bosques. Lo malo, no tiene playa. El litoral se encuentra a 100 km de ahí... cosa ruin, porque a mí me gusta caminar por los malecones y sentir el aroma a mar (como Lima queda en el litoral del pacífico).

En fin, la primera vez que fui al centro de la ciudad, tomé un bus turístico que me llevó por los principales puntos: El costo fue de R$ 35,00 y te daban 5 tickets, pues permitía bajarse en hasta 4 lugares y luego volver a tomar otro bus de la empresa sin pagar más. Yo me bajé en el jardin botánico, la opera de Arane y el parque Tanguá. De ahí con Henrique, hemos ido a los diferentes parques... el que más me gustó fue el bosque del papa Juan Pablo II... además que al costado se encontraba el museo Oscar Niemeyer que es el arquitecto más famoso de Brasil, pues fue quien diseño Brasilia en 5 años.

Debo decir que la manera de hablar, así como en cualquier idioma y en cualquier lugar, es diferente... la forma de hablar en Rio es más abierto, por ende un poco más entendible... en São Paulo es más pujado, como que no tan abierto como en Rio... pero en Curitiba, su forma de hablar es más cerrada por ende me costó un poco entenderles al comienzo. Cada vez que escuchaba a alguien hablar, me parecía que hablaba en holandes u outro idioma europeo, pero ahora ya me es más fácil entenderles. Lo bueno, también, es que Henrique me explicaba las palabras que no entendía y cómo era la manera de hablarlas.

En el carnaval hubo un desfile en la noche y me gustó, pues fue el primer desfile de carnaval que asistía (en mi ciudad no es así). Fue en una avenida del centro, por ende fue gratis... aunque comentándolo con las personas, me dijeron que aquel era pequeño en comparación de otras ciudades de Brasil. Luego el domingo hubo una caminata zombie... toda la gente, se había disfrazado o simplemente pintado el rostro con tal que pareciera un muerto viviente. Realmente fue interesante ver que familias enteras asistieron al evento... recuerdo ver a una pareja disfrazada y a la niña, la habían disfrazado y pintado como Chuckie.


Discotecas de Curitiba!

Como era de esperarse, asistí a discotecas de ambiente (gay) por aquí... fui a 2, una más o menos, pero la otra debo decir que fue la mejor. Pequeña, pero acogedora. No muy cara y sobre todo con chicos bien parecidos. Debo aclarar que, muy al contrario que las personas piensan, Brasil no es una ciudad de gente morena... en Rio hay una mixtura total (al igual que en Perú y en toda latinoamerica), sólo que en la región sur hay más gente blanca porque la gran mayoría son descendientes de europeos que migraron para esas tierras. Aclarado este punto, continuo.

Lo que me gustó de dicha discoteca fue la música que no era mixturada (mezclada). En su mayoría pop... aunque también ponían funky lo que vendría a ser el reggaeton brasilero. Pero lo que me dejó sorprendido fue la putaría que hay en el lugar y no habla de putaría de que se ponen a 'tirar' (tener relaciones sexuales) ahí... o bueno, no que yo haya visto... sino que, la cosa funciona así: uno está caminando, ve a alguien que le gusta, si este lo mío, se besan (sin preguntar, sin nada) y luego, sigue su camino. En dicha discoteca no sólo van gays sino que heteros también por lo que las chicas son las que salen ganando generalmente. Una vez conocí a una chica quien me llevó a su grupo... una de sus amigas, simplemente preguntó a un chico si era hetero y se empezaron a besar para luego cada quien seguir su camino ¡Qué loco!


Mi día a día!

Como comenté más arriba, alquilé un cuarto en la pensão... todas las mañanas acompañaba a Henrique en su trabajo que consistía en entregar piezas de carros o motos a las distintas distribuidoras que habían por la ciudad. Él preguntó a sus conocidos por si conocían de algún empleo para mí, pero todos le dijeron que no... principalmente fue porque yo no tenía papeles. Por eso lo acompañaba y ayudaba en lo que podía. 

Ya en casa, a veces, me iba de bicicleta a dar una vuelta para luego regresar y preparar mi cena. Para el almuerzo ibamos a comer a un restaurante de la gobierno que costaba R$ 2,00 el plato, por lo que no tenía que preocuparme en esa parte... excepto a la hora de cenar que ahí sí tenía que cocinarme yo mi comida. Mas había un problema, no había gas. Había una cocina, pero no gas. Es por ello que tuve que ingeniarmelas para cocinar en una olla arrocera, el microondas y freir en una sanduicheira.

Hoy por hoy, esta experiencia se acaba, pero me llevo el recuerdo de una ciudad que aunque fría (en comparación de las otras ciudades que estuve) fue muy bonita para mí!


"Metralhadora"
(una canción del género funky)





Momento de quiebre!






Si me hubiesen preguntado cómo pensé que acabaría el 2015, sin duda, jamás hubiera imaginado que acabaría de la forma que acabó: en una depresión que me llevó a migrar (por un tiempo) a tierras extranjeras. Fue bonito pasar año nuevo en Rio de Janeiro... una experiencia que pocos tienen (o al menos de los que yo conozco). También, fue una suerte haber encontrado gente con quien pasar... la verdad, pensé que la pasaría solo. Pero no todo fue emoción en Rio... hubo momentos de soledad, de reflexión, de depresión... depresión por recordar los acontencimientos pasados... por los hechos que me hicieron ir allí.

Fue una noche que me encontraba por la avenida de las Américas en Copacabana... estaba solo, con la sonrisa invertida, caminando por aquel lugar. La gente pasaba... muchos de ellos acompañados por familiares o amigos... otros haciendo ejercicios... y yo lamentándome como de costumbre. El rechazo de Kevin, la familia, los estudios, la profesión y el trabajo... todo, todo se me juntó. En fin, fue solo un momento... eso no evitó que conociera lo que fui a conocer: El Cristo Redentro, sólo para dar un ejemplo.

Luego fui a São Paulo a casa de una tía. Pero las cosas no fueron del todo bien. No es que tuviera problemas con ella sino por otras razones que no quiero ahora comentar. Después de ello, me fui a Curitiba (otra ciudad al sur de São Paulo), el señor que conocí en Rio me convidó y ahí... pues ahí practiqué lo que fui a practicar: el portugués. Hubo momentos depresivos también... pero también momentos bonitos. Curitiba tiene chicos muy simpáticos... aunque ello no hizo que olvidase (del todo) a aquel muchacho. 

En fin, hoy, leyendo antiguos posts recuerdo con nostalgia el pasado... me pregunto qué hubiera pasado si las cosas hubiesen sido diferentes. Qué hubiese pasado si hubiese hecho ciertas cosas o si otras hubiesen salido como yo queria que salieran. No hablo por el año pasado sino por años anteriores. Como con L... por qué caí en esa depresión... o con Daniel, porque me encapriché tanto por él que no vi a otros a mi alrededor. Mas luego pienso, qué tontería añorar algo que no ocurrió.

Mis amigos... mis mejores amigos... a veces siento que no me entienden. Creo que porque me hago el duro se olvidan que tengo sentimientos. Que si me golpean, siento dolor... que si me cortan, sangro... que si me hieren, lloro. No sé por qué somos amigos. Pero a la par, ese par me hace sentir especial... y soy feliz los momentos que podemos estar los 3 reunidos. También están mis amigas... no es que no me sienta bien al lado de ellas, al contrario, me siento de puta madre; pero es sólo que entre chicos uno se siente mejor porque puede ser quien es. En fin, tengo saudades de ellos... pero más de perras (mascotas).

Mi viaje ya va a terminar... debo volver a mi realidad. ¿Tengo miedo? No sé... ¿Me he relajado en este viaje? Pues sí, no me puedo quejar... pero es porque no me he enamorado. Cuando me enamoro estoy perdido, pues mi deseo se desborda en límites que no puedo controlar. ¿Me enamoraré cuando vuelva a Lima? Espero que no... ¿o sí? En fin, allá se sabrá!





Qué tontería... 
¿cómo se puede echar de menos algo que no ha ocurrido?