domingo, 13 de octubre de 2019

Artritis!







Me encontraba en Nueva York. Había ido a petición de mi hermano quien se había sentido mal anímicamente y de paso, poder trabajar durante los 6 meses de permanencia que daban, cosa que me ayudaría para liquidar una deuda que tenía en ese momento. Había empezado como 'dishwasher' (lava platos) en un restaurante peruano en la mitad de Manhattan, pero me retiré por la actitud borde del chef para conmigo. Encontré otro empleo como 'busser' (recoge platos) en un restaurante latinoamericano en Queens (lugar donde moraba), por lo que me era más cercano y además como 'busboy' tenía derecho a recibir un porcentaje de las propinas, que dicho sea de paso, no venían nada mal... todo iba relativamente bien hasta que empezó ir relativamente mal.

Eran mediados de agosto cuando el dueño de dicho restaurante dijo que cerraría en las siguientes semanas, por lo que tocaría buscar otro empleo. Para esto, mi hermano había decidido volver a Perú y yo tenía una oportunidad de ir a California donde una tía, quien me ayudaría a encontrar un trabajo por allá y de paso, quedándome en su casa, me ahorraría en pagar la renta que era lo que más se me iba a la hora de recibir el sueldo. Pero la vida es impredecible y no pensé que un leve dolor que sentía en la mitad de la columna al despertar, me traería peores consecuencias...

Fue un viernes cuando noté cierto ardor al orinar... "mierda, gonorrea", pensé; debido que ya había tenido anteriormente y sabía que con unas pastillas se curaba. Quería ir a un hospital, pero al ser fin de semana, tenía que trabajar, así que lo pospuse hasta el lunes que venía. Sin embargo, al llegar al trabajo, me percaté que mi ojo izquierdo estaba rojizo... "¿conjuntivitis?", maldije en ese momento. Bueno, a apalancar no más y esperar que el fin de semana termine pronto... pero no esperé que terminara como terminó... puesto que para el domingo, el ardor al miccionar había desaparecido, pero no el ojo rojo. Esa noche iba volviendo a casa cuando empecé a sentir un dolor en el área lumbar izquierdo. Me tomé unos analgésicos, me frote con un limón, me eché a dormir y en la mañana siguiente, el dolor se agudizó en medida que me movía estando acostado en la cama.

Tengo un seguro que se "supone" me cubre esta clase de emergencia en el extranjero, así que llamé a eso del mediodía para que me indiquen un lugar dónde pudiera atenderme. La respuesta la recibí a las 7 pm (qué bueno que allá oscurecía tarde para ese entonces). Fui al lugar que me señalaron y pese que indiqué todos mis síntomas, el doctor me mandó unos relajantes musculares y unas gotas para el ojo. Compré los medicamentos, fui a un McDonald's a comer (no había comido nada en todo el día y sí, no es la mejor opción, pero era lo más barato) y volví a casa a descansar... pero para el día siguiente (martes), desperté como a las 5 de la mañana víctima de un dolor insoportable en la lumbar izquierda, pero esta vez se producía aunque yo estuviera inmóvil, como espamos... y no sólo ahí, sino que me dolía el tendón de la mano derecha, al costado de la rodilla izquierda y parte del pie. Para colmo, mi hermano estaba ensimismado en sus problemas y poca atención le dio a mis claros signos de angustia. 

Llamé a mi seguro y me dijeron que para poder derivarme otra vez, tenía  que tener el parte médico de la atención previa recibida y que para ello tenía que ir personalmente al lugar. Wtf! me podía ni levantar y querían que vaya a recoger un papel para envíarselo por correo... me amargué y los mandé al carajo. Para esto, recordé que una compañera del trabajo me dijo que vaya a cualquier hospital, que había un 'medic care' que era un tipo de seguro que brindaba el estado de Nueva York para quienes no tenían seguro médico. Así que, casi como las 8 de la mañana, agarrando fuerzas de no sé dónde, fui para allá... en bus todavía y con unos anteojos negros ya que la conjuntivitis se había prolongado al otro ojo. En fin, llegué al lugar, esperé como una hora para poder ingresar y una vez dentro, me colocaron en una cama (a la cual no podia ni acostarme por el dolor) en un pasillo cerca de un negro que venía de la prisión quien estaba esposado a la cama con unos policías custodiándolo. ¡De locos!

Llegó el residente médico quien me pidió que le contara al detalle los síntomas que tenía. Luego vino el doctor de turno y los dos me dijeron que podía ser una inflamación causada por una clamidia... para ello, me harían una serie de análisis de sangre, orine, rayos x... y lo que nunca imaginé: una muestra sacada de mi uretra por medio de un 'hisopo' (cotonete) introducido por el orificio de mi pene... ¡Incómodo! En fin. me trasladaron de un lugar para otro en la cama... me colocaron una inyección el brazo que me dolió tanto que me hizo olvidar del dolor de espalda que tenía... me dieron un sandwich de mantequilla de maní y jalea... estuve todo el día en el hospital que para ser público era muy ordenado y con personal bien cualificado. A eso de las 9 de la noche, la doctora de turno se acercó para indicarme que mis resultados de ets salieron negativos, que la placa de la columna no mostraba ninguna malformación y que el diagnóstico era uretritis, conjuntivitis y artritis... y que tenía que ver a un reumatólogo.

Al salir de ahí, le comenté a mi madre con quien había estado en contacto todo el día vía WhatsApp. Me habían mandado ibuprofeno y me colocaba unos parches para el dolor esperando que las cosas mejoren, pero no fue así. No tuve más opción que regresar renunciar al trabajo, desistir la idea de ir a California y regresar a Perú mucho antes de lo previsto. Saqué mi vuelo con unos días de anticipación, haciendo una parada en Colombia (próximo destino que quiero ir porque los colombianos están re-guapos... allá conocí varios). Gracias a Dios, no sentí mucho dolor en el trayecto de avión. Una vez de vuelta a mi patria, mis padres se ocuparon en velar por mi salud. Primero fui con un doctor de medicina general que me hizo básicamente los mismos exámenes que me hicieron allá... y luego de ver que todo estaba bien y, lo peor, otras articulaciones como cuello, hombros, dedos, pies habían empezado a doler... me derivó a un reumatólogo.

Cuando le conté mis síntomas, él indicó que era un mal llamado 'síndrome de Reiter' o artritis reactiva que consistía en una inflamación producida por mi propio cuerpo y que al parecer... era congénito, es decir, en algún momento iba a aparecer. Primero tuvo que mandarme una medicación para bajar la altísima inflamación que estaba sufriendo (así estuve todo septiembre)... y recién este mes, cuando la inflamación cedió un poco, me ha mandado la medicación para combatir la enfermedad... enfermedad que no tiene cura (ya que es causada por mi propio cuerpo), pero que no es grave, sino que es controlable. Con el tiempo y como reaccione mi cuerpo, la enfermedad se dormirá y yo podré continuar con mi vida normal: haciendo ejercicio, bailando, tirando o cogiendo (bueno, esto último ya lo he hecho, pero con cuidado jeje) y de más cosas.

Para haber pasado 2 semanas de iniciado el tratamiento, siento que el dolor ha disminuido considerablemente... no debo hacer mucho esfuerzo porque aunque pueda levantar cosas, luego las articulaciones me duelen; pero en comparación a como estaba, estoy mejor. Y aquí estoy, escribiendo ansioso, esperando qué nuevos retos me reté la vida o el destino... que si el plan A no me funcionó, siempre está bien optar por otros... son vivencias que me pasaron y que no se lo deseo a nadie... ahora entiendo lo horrible que es estar en una cama acostado por el dolor!



Al parecer la aventura continua!



1 comentario:

  1. Maravilloso lo que has escrito borrale el título. es necesario leer todo y el titulo lo arruina. Me has encantado y llevado de la mano por Nueva York mi ciudad preferida. Es tan real lo que contás pero fijate hasta el final no sabía nada es por eso que te digo
    Un viaje sin destino fue leerte y admirarte !!!!!
    No te pierdas muchacho me encantas!!!!!!

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